martes, 30 de octubre de 2007

Contra Vivaldi

El contrapunto fue, en los italianos, mero ejercicio (o deseo inalcanzable); no descolló como forma pura. Incluso, los italianos - si Vivaldi es su representante mayor - no amaestraron el contrapunto: meras melodías opuestas a unos cuantos acordes. Además, lo repetitivo. Las Cuatro Estaciones cansan. Los cientos de conciertos para cualquier instrumento hacen pensar en el intercambio simplón de laúdes por flautas y listo. Gustan, sí, arias del Juditha Triumphans y el Stabat Mater, pero... ¿qué hacer con lo demás?

¿Bach, en todo esto? Todo. Quien no lo crea, hay tienen el Arte de la Fuga, la Pasión según San Mateo y los Conciertos de Brandenburgo para encaramarse al tren de la genialidad.

(¿Exagero? Me gusta Vivaldi. Solo que es músico menor. Así son estas cosas, ¿no?)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Algo cargado tu juicio... de hecho a Bach le entusiasmaba mucho el trabajo de Vivaldi. No creo que cansen las cuatro estaciones, llevo gran parte de mi vida escuchando estos conciertos y es bien facil evidenciar la genialidad de su compositor.. músico menor? la verdad no pudo estar mas errado tu juicio.