Pareciera que los mexicanos no tenemos límite: cuesta creer que los Olmecas de Tabasco no tengan una mascota medianamente graciosa con tanta ocurrencia suelta por ahí. ¿Qué nos motiva? Misterio. Quizás un ánimo vulgar por exhibir, sí, pero... ¿qué?. Me conmueve lo que aparenta ser un escape, cuando por toda referencia de felicidad tenemos a la telenovela de moda, al fútbol y al artistucho de la radio.
¿Y qué con los que hoy discuten la reforma energética, de un lado y de otro? Son remedo de lo que vemos en las fotos: una incapacidad por esbozar, así digamos burdamente, una idea coherente e inteligente que contribuya al inexistente debate sobre el futuro de la industria petrolera en México. Los unos, esos que detentan el poder público, se muestran incapaces de transmitir un mensaje convincente; los otros, de suyo vociferantes e insultantemente ignorantes, ya constituidos en comités de defensa, camisas blancas, bloques y demás chuladas izquierdosas y protofascistas que, léase un poquito de historia, nunca han servido para nada, como no sea para detonar caprichos de “políticos” populistas, chatos y sordos. No, si las fotos merecen lugar de honor en la iconografía de la psique nacional...
2 comentarios:
O que tal servir la mesa del despite con una guerra mediática, ese fantasmagórico simulacro en el célebre: "Extra extra, Emos vs TODOS"
Vaya que las tesis que dictan que la televisión le habla al cuerpo y no a la mente, estan presentes.
saludos por allá.
Hablando o discutiendo de la reforma enérgetica, leyendo y viendo las barbaridades que se hacen en "nuestro" nombre y por "nuestra soberania", te dejo con este pequeño texto de Tocqueville, cuando termines de leerlo, dime a cuantos de "nuestros" gloriosos politicos se les puede aplicar con meridiana exactitud:
« Je pense que les ambitieux des démocraties se préoccupent moins que tous les autres des intérêts et des jugements de l’avenir : le moment actuel les occupe seul et les absorbe […] Ils aiment le succès bien plus que la gloire. Ce qu’ils demandent surtout des hommes, c’est l’obéissance. Ce qu’ils veulent avant tout, c’est l’empire. Leurs mœurs sont presque toujours restées moins hautes que leur condition ; ce qui fait qu’ils transportent très souvent dans une fortune extraordinaire des goûts très vulgaires, et qu’ils semblent ne s’être élevés au souverain pouvoir que pour se procurer plus aisément de petits et grossiers plaisirs. »
Nunca mejor dicho y lo peor es que no pierde ni un gramo de actualidad.
Jorge.
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