El fin de semana pasado fue, para mí, una fiesta musical. Como pocas veces, creo. Pude conjuntar los dos extremos de mis gustos musicales, esos en donde de veras me siento cómodo. Reconocí, asombrado, que la experiencia de la música en vivo, siempre que sea real y apasionada, produce en mí la misma sensación: un arrobo, una sorpresa. Nunca se es el mismo después de escuchar música.
Sábado - Marduk
Domingo - durante el concierto de apertura de la Orquesta Sinfónica Nacional, un pilón por parte del violista: un solito de la sonata para viola op. 25 de Paul Hindemith
Sábado - Marduk
Domingo - durante el concierto de apertura de la Orquesta Sinfónica Nacional, un pilón por parte del violista: un solito de la sonata para viola op. 25 de Paul Hindemith
1 comentario:
Buenas rolas, comparto contigo esos gustos extraordinarios.
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