Wolves in the Throne Room es uno de los mejores grupos de black metal actualmente. Escogieron un camino inusual: dejar de lado lo que fácilmente se transforma en distractor o -en algunos casos patéticos- en motivo de hilaridad: el corpse-painting, el látex, la parafernalia maldita (armas medievales, cuevas, fuego etc.). Apostaron por no hacer caso, pues, de la postura convencional para atraer los reflectores de los que se acercan al black metal en busca de algo que satisfaga su bajísima capacidad de sorpresa. No, nada de eso parece serles familiar a los de Wolves in the Throne Room, que mejor le apuestan a lo que realmente vale: la música. Y vaya que les resulta: cada una de sus canciones -que promedian los 12 minutos de duración y son un deleite para cualquiera que se precie de gustarle la Música- es una obra consumada. Sé que el elogio es fácil: no lo es tanto sostenerlo. Un poco de paciencia, de oído y mente abiertos, de curiosidad y escucharán en "Cleansing" una de las mejores canciones del black metal. O, puesto de otra manera, ¿cómo podría sonar la música de un grupo cuyos integrantes viven en granjas, cultivan sus propios alimentos y dan conciertos gratuitos?
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