


Por ahí, unas fibras ópticas no nuevas pero sí muy locas que tienen la pinta que se muestra arriba. Las fotos, tomadas con microscopio electrónico, ponen en evidencia su particularidad: agujeros de aire que recorren la fibra -fabricada en silicio, i.e., vidrio vil- paralelos a su eje principal y que provocan muchas, muchas cosas divertidas, sobretodo a la luz que las recorre, incauta y azotada. ¿Idea del tamaño? El diámetro de los agujeros de la fibra de enmedio, por ejemplo, miden menos de 2 micrómetros. Nada, pues (aunque sí mucho, si se anda en estas historias). Fibras ya no para transmitir, sino para actuar. A veces, sin avisar, dejo mi libro a un lado o bajo el volumen a la música... y las extraño.
2 comentarios:
¿y qué pasó?
Pasa que la nostalgia surge de lo que representan: una forma de vida más válida y gratificante, casi un trabajo idóneo. Dejo la primicia: quizás se vuelva a ello, cosa de esperar un tiempo, una respuesta. Ya hablaremos de esto en un par de semanas...
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