martes, 25 de marzo de 2008

Black metal: una lista

¿De qué va cada canción? Las 10 mejores canciones en la historia del black metal Una lista no exhaustiva, que se pretende buen muestrario del género musical más puro, después de la música clásica. Todo extremo termina por confundirse y revolverse en eso que repudian. Lo mismo, pues, una alusión directa a la figura más alta del cristianismo que el más completo y sincero ateísmo. Muestras de, finalmente, lo mismo: el orden trastocado del mundo es un reflejo del alma humana, sin más. Claro, que hay que vérselas con lo machacoso del género y esa primera sensación –cuando se le conoce– de extrañamiento ante lo que erróneamente nos parece cacofonía. Basta sentarse, inundarse, escuchar abierto y simple: que la música exprese y ya. Ejercicio difícil, sí, cuando la costumbre va más por el hit parade y las delicias mercantiles de la radio, pero hay para todos y lo único es tener paciencia, escuchar y descubrir la maravilla. El black metal, a diferencia de cualquier otro género, es pura creación de ambientes: atmósfera auténtica. Un género honesto, por donde se le vea. ¿Cómo acercarse? Sugiero el siguiente orden, cronológicamente mío:

 

1.       De mysteriis dom Sathanas de Mayhem. En Mayhem se reúnen, magníficos, la fastuosidad oscura y el delirio de la batería de Hellhammer, baterista que –ya se sabe– es uno de los mejores. La canción en cuestión pone en entredicho toda la habladuría en torno a la validez de lo bizarro: o se hunde y se disfruta o se hace mejor a un lado.

2.      Quintessence de Darkthrone. Dos o tres riffs bastan para inyectar de desesperanza. La voz solo complementa esa sensación enérgica de apatía, desolación y sufrimiento.

3.      Inno a Satana de Emperor. Si he de verme forzado a escoger al mejor grupo de black metal, tendría que escoger a Emperor. Música maravillosamente pulida: como en ningún otro grupo, las sensaciones dictadas por los instrumentos se funden de veras, creando una especie de contrapunto a escala. A escala exacta, casi diría yo. La voz en clean al final, entonando el Inno a Satana –falso latinismo– es en sí un himno del género.

4.      Det som en gang var de Burzum. One-man band: Varg Vikernes, ya en la cárcel, luego de una emblemática –y criminal– temporada de asesinato, quema de iglesias y tumbas violentadas, compone para un universo aislado: el suyo, me parece. Los demás, haciendo de lado su visceralidad brutal y merecido encarcelamiento, solo rascamos una parte de esa locura: +14 minutos de oscurísima gloria y destierro.

5.       Mourning palace de Dimmu Borgir. Ok, comerciales hasta decir basta. Pero capaces de cosas como esta: pura furia, pura bandera de realidad brutal. Se les perdona lo de hoy –disquera grande, promoción en Ozzfest, abuso de teclados y voces en clean–: Dimmu Borgir es uno de los grandes por canciones así, contundentes y bien llevadas.

6.      Do not speak de Anaal Nathrakh: los primeros no noruegos de la lista, Anaal Nathrakh, siendo un dueto inusual y artificioso, logran darle valía al black metal no escandinavo. La voz, desgarrada, es una de las mejores del género, y la violencia contenida de la canción recuerda lo tortuoso del camino humano: violencia a perpetuidad, en una caída cuyo símbolo bien podría ser algo que suene, cercanamente, así.

7.      Beneath the howling stars de Cradle of Filth. Aún más vendidos que Dimmu Borgir, estos ingleses me hicieron descubrir, con esta canción, al género. De ahí, todo fue caída y luz al pozo de las maravillas. Que valga por ello y nada más.

8.      Buried by time and dust de 1349. ¿Cómo mejorar, i. e., hacer más brutal y rápida, una canción de suyo potente de Mayhem? Un grupo novel, pero con un baterista como Frost, ya conocido por sus desmanes y su velocidad. 1349 es uno de los grupos que, hoy, mejor definen –y defienden– al género.

9.      As temples burn de Kult ov Azazel. Con credencial de la Church of Satan, quitadísimos de la pena y francamente músicos, Kult ov Azazel –esos a quienes queríamos traer a Villahermosa a dar un concierto– sorprende de tan buenos. Seguirlos de cerca, a pesar de su outre-Atlantisme incierto, es dar con uno de los caminos más actuales, rápidos y violentos del black metal.

10.   K.I.N.G. de Satyricon. Mi canción favorita en muchos años y uno de los mejores grupos del género (de cualquier género). Mi esposa los recuerda, entre caras de desencanto y sincero descrédito, en un concierto memorable, apenas el año pasado en México. Recorrerse la discografía –y la evolución purísima de su estilo– de Satyricon lleva a encontrarse perlas: K.I.N.G. es la última: sencilla, ya sin velocidad pero precisa y brutal.

 

1 comentario:

help[1].txt dijo...

No encontré la de Kult ov Azazel, y de 1349 no encontré la sugerencia, pero bajé la de "celestial deconstruction" por aquello de los filósofos, por lo demás excelentes recomendaciones, es un parte aguas.

saludos primo.
nelson