
(muchas, muchas novelas antes...)
Algo pasó. Algo chungo pasó, sí, ¿o cómo se explica que luego de esta novelilla deliciosa y humorísticamente enferma, Álvaro Enrigue parezca hablarnos con títulos, no con libros? Uno va y lee esta novela, publicada hace años, la termina, suspira con ánimo admirador y satisfecho y se pregunta: ¿qué pasó? ¿Qué le pasó? Claro, la culpa puede estar en cualquier lado: del mío, si mi desapego de los últimos años de la literatura escrita en México de veras es cierto; del del autor, si nomás fue llamarada y ya después se nos vino abajo (pasa con muchos); de la mercadotecnia libresca, que lo mismo alaba que denosta, siendo todo ello propaganda. No sé. Insisto: de tan disfrutable, de tan ligeramente perfecta, de tan inquieta en el español, esta novela antoja otras, las siguientes: ¿qué me dejarán?
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