martes, 8 de julio de 2008

¿Qué pasó después?

"La muerte de un instalador", de Álvaro Enrigue

(muchas, muchas novelas antes...)

Algo pasó. Algo chungo pasó, sí, ¿o cómo se explica que luego de esta novelilla deliciosa y humorísticamente enferma, Álvaro Enrigue parezca hablarnos con títulos, no con libros? Uno va y lee esta novela, publicada hace años, la termina, suspira con ánimo admirador y satisfecho y se pregunta: ¿qué pasó? ¿Qué le pasó? Claro, la culpa puede estar en cualquier lado: del mío, si mi desapego de los últimos años de la literatura escrita en México de veras es cierto; del del autor, si nomás fue llamarada y ya después se nos vino abajo (pasa con muchos); de la mercadotecnia libresca, que lo mismo alaba que denosta, siendo todo ello propaganda. No sé. Insisto: de tan disfrutable, de tan ligeramente perfecta, de tan inquieta en el español, esta novela antoja otras, las siguientes: ¿qué me dejarán?

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