Inevitablemente, el lado pecuniario de un juego de estrellas salta a la vista –no hay rivalidad deportiva que se resista a la fotografía del recuerdo, a la participación en el momento (su momento, el momento de todos) ni aficionado que no se incline por un equipo y lo ostente con cuanta mercadería aparezca. Sin embargo, algo hay de emoción, de quizás administrarse por espacio de tres o cuatro horas eso que ocurre mejor: el béisbol con nombre y fechas y hazañas potenciales. Hay mucho de esas ganas infantiles de acercarse a los monstruos sagrados. Hay mucho del olor a cuero del guante, del contacto sexualísimo del bate con la pelota: Taras Bulba contemplado, estilizado. Hay mucho de una temporada más, una vida más: un regusto a sabrosura más. Hay mucho de celebración, vaya que la hay.
3 comentarios:
shoto metete al feizbuk estoy poniendo ciertas cosas por ahi
que cumpliste años pelao, pues muchas felicidades, y oajalá te llegue algo por ahi en camino...!
un abrazo
nelson
que pex ya mas de una semana...mucho trabajo o mucha gueva
Publicar un comentario