jueves, 12 de febrero de 2009

Cronopio fugado hace 25 años

 

Julio Cortázar es un recuerdo y un aire actual, simultáneamente. Como nostalgia hace pensar en amigos, en otros climas, en remedos de escritor. Recuerdo haber entregado alguna tarea de variable compleja en la parte posterior de unas hojas, cuento fotocopiado del cronopio, y al profesor preguntándome “¿Está completo?”, como si lo importante fuese el cuento y no el teorema de Cauchy. Quizás tenía razón. Pero Julio es también parte de lo que hoy vale: no se necesita su relectura para tenerlo ahí, aunque siempre es apremiante volver a ella para darnos cuenta de que la sanidad no es, necesariamente y a pesar de la comodidad, el mejor camino. Yo, que no acostumbro ni prestar ni regalar mis libros, he dejado ir al menos dos de Julio, sabiendo que hay mucho de daño en mi acción: ¿quién coños puede decir que logró salir ileso de ello?

 

Tres telegramas de cronopios:

 

INESPERADAMENTE EQUIVOCADO DE TREN EN LUGAR 7.12 TOMÉ 8.24 ESTOY EN SITIO RARO. HOMBRES SINIESTROS CUENTAN ESTAMPILLAS. LUGAR ALTAMETE LÚGUBRE. NO CREO APRUEBEN TELEGRAMA. PROBABLEMENTE CAERÉ ENFERMO. TE DIJE QUE DEBÍA TRAER BOLSA AGUA CALIENTE. MUY DEPRIMIDO SIÉNTOME ESCALÓN ESPERAR TREN VUELTA. ARTURO.

 

NO. CUATRO PESOS SESENTA O NADA. SI TE LAS DEJAN A MENOS, COMPRÁ DOS PARES, UNO LISO Y OTRO A RAYAS.

 

ENCONTRÉ TÍA ESTHER LLORANDO, TORTUGA ENFERMA. RAÍZ VENENOSA, PARECE, O QUESO MALAS CONDICIONES. TORTUGAS ANIMALES DELICADOS. ALGO TONTOS, NO DISTINGUEN. UNA LÁSTIMA.

 

1 comentario:

Unknown dijo...

pues yo aqui tengo otro de tu libros de cortazar que se me pego cuando me fui creo. asi que ya para esa avaricia cortazariana y donaos todos.