martes, 28 de abril de 2009

La ofensa siempre está en otro lado

 

Se dirá lo que sea, pero ofenderse porque una publicidad en España muestra a un mexicano estereotipado –sombrero de ala anchísima, máscara de luchador, chaparro– es una exageración. ¿Por qué nos ofende, al grado de ameritar regaño diplomático, una publicidad inocua, cuando nosotros mismos nos prestamos al juego de la ocurrencia? Sí, de la ocurrencia: ese malabar de la psique mexicana que consiste en trastocar el sentido común. En todos lados se ve lo mismo, estoy de acuerdo, pero ¿en todos lados se lastima tanto al gusto?

 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, hay que respetar a esos "cosplayers", es casi como escuchar música.

nellie

Leonardo dijo...

Se pasan de verg...

Ruy dijo...

No chinguen, esos cabrones si que tienen imaginación...bueno, ya tenemos de donde sacar nuestro disfraz para el próximo party de Halloweene

Pero la verdad es que qué haríamos sin esos ingratos, jajaja

Saludos

Ruy