jueves, 4 de junio de 2009

Y yo que me burlaba...

 

Una de las primeras cosas que puse en este blog, hace casi 2 años, fue una serie de portadas de discos que, francamente y aún comparándolas con los figurines que vemos por ahí, relucían como adefesios en un entorno de suyo abominable. Lo que en aquella ocasión me repelió no me preparó para esto: los artistas (sic) que estaban detrás del Muro mostraban de igual manera que la ocurrencia –ese encanto tan mexicano– no es privativo de los capitalistas, tan dados como somos a lo simplista y chusco. Ya no sé, lo digo en serio, hasta donde puede llevar la búsqueda, inocente o no, de la fealdad, de lo ridículo.

 

No hay comentarios: