No, no vayan a creer que la idiotez es monopolio de defensores del petróleo sacrosanto, mexicano y supranacional. Por otros lados, con excesiva regularidad, se ven cosas así...
(de la sección WTF? del fantástico blog www.microsiervos.com)
"I've tried each thing, only some were immortal and free" - John Ashbery
No, no vayan a creer que la idiotez es monopolio de defensores del petróleo sacrosanto, mexicano y supranacional. Por otros lados, con excesiva regularidad, se ven cosas así...
(de la sección WTF? del fantástico blog www.microsiervos.com)
A unas muchachas que hacen eso en lo oscuro
Bésense en la boca, lésbicas
baudelerianas, árdanse, aliméntense
o no por el tacto rubio de los pelos, largo
a largo el hueso gozoso, vívanse
la una a la otra en la sábana
perversa,
y
áureas y serpientes ríanse
del vicio en el
encantamiento flexible, total
está lloviendo peste por todas partes de una costa
a otra de la Especie, torrencial
el semen ciego en su granizo mortuorio
del Este lúgubre
al Oeste, a juzgar
por el sonido y la furia del
espectáculo.
Así,
equívocas doncellas, húndanse, acéitense
locas de alto a bajo, jueguen
a eso, ábranse al abismo, ciérrense
como dos grandes orquídeas, diástole y sístole
de un mismo espejo.
De ustedes
se dirá que amaron la trizadura.
Nadie va a hablar de belleza.
“Ningún autor es clásico por aburrido”
- Jorge Ibargüengoitia
En Guanajuato, preguntando por la casa donde vivió y escribió Jorge Ibargüengoitia: "Buenas tardes, ¿cómo llego a la casa de Ibargüengoitia" - ¿De quién?". Salgo. Termino pidiendo una cerveza en una terraza cercana, pensando.
Con Óscar y Maite, en Zacatecas. Vamos al Museo de Arte Moderno, ese con mucho Manuel Felguérez. Por ahí, una foto del pintor con su amigo, Jorge. Leemos una nota del escritor a propósito del pintor. Damos con el brinco necesario para abordar un museo ya de sí impresionante.
Entre un volumen exagerado, copas quizás de más, gente que bailaba, esquivando rostros conocidos, hablando de literatura mexicana con mi amigo David, me suelta de sopetón: "¿Ya leíste a Ibargüengoitia?" y, probablemente sin saberlo, provoca lo que más tarde será un descubrimiento y sonrisa para toda la vida.
"Dos crímenes" en un oscuro cine de Monterrey. Mis amigos Adolfo y Roberto van conmigo. Salimos sin decir mucho, dos o tres frases necesarias: creo que todos, callados, llevábamos lo mejor.
Guillermo Sheridan como continuidad. Que se aguanten los pretéritos puristas.
Exposición de Joy Laville en Monterrey. Pensamos en Jorge Ibargüengoitia, cómo no. Por la tarde, releemos artículos divertidísimos de Instrucciones para vivir en México. No sabemos, luego, si reimos del retrato.
Metallica, ¿en los Premios MTV Latinoamérica? ¿Presentados por Juanes? Pues, bueno, eh, ¿por qué no? Y entregando una versión en vivo cañera y muy desenfrenada de "The day that never comes". A disfrutarse todo el fin de semana...
When Leopold Stokowski was first appointed conductor of the Philadelphia Orchestra in 1912, he began to program his now famous orchestral transcriptions of the then almost forgotten J. S. Bach. After a concert, a female patron approached Stokowski and went on and on about what a great composer Bach was and wanted to know if he was still composing, to which Stokowski replied, "No madam, he is decomposing."
Max Reger's response to a music critic: “I am sitting in the smallest room of my house. I have your review before me. In a moment, it will be behind me.”
Stravinsky on Vivaldi: “Vivaldi was a very boring man who wrote the same concerto over and over.”
Reputedly, Sibelius once said to Carl Nielsen, “Nielsen, your music will be remembered after Beethoven's has been forgotten...but not before then.”
Sir Malcolm Sargent was once asked what one had to know in order to play the cymbals. “Nothing,” he replied, “just when.”
Artur Schnabel: “You may find this hard to believe, but Igor Stravinsky has actually published in the papers the statement, 'Music, to be great, must be completely cold and unemotional'! And last Sunday, I was having breakfast with Arnold Schoenberg, and I said to him, 'Can you imagine that Stravinsky actually made the statement that music, to be great, must be cold and unemotional?' At this, Schoenberg got furious and said, 'I said that first!'”
Sí, a Guillaume Depardieu lo vi en un papel maravilloso, hace un montón de años, en Monterrey, cuando los alumnos de arquitectura y de comunicaciones hacían las veces de salvavidas en una ciudad sin cine, antes de la Cineteca y de los veranos en el Museo de Historia y ya con ratas y butacas decadentes en el Plaza Monterrey. La peli es "Tous les matins du monde" ("Todas las mañanas del mundo"), dirigida por Alain Corneau, con guión de Pascal Quignard. Véanla. Antier murió Guillaume, 37 años. No he visto otra peli con él. ¿Hace falta?
pero entre dudas lumínicas y virajes
medianamente extraños, alcanzó a
darse cuenta de su trampa:
y es que eso de mirarse a un espejo
termina por desentendernos,
adheridos como estábamos a la
improvisada inteligencia
en un espejo y tomado de un hilo,
Nicolas de Staël, rojo, un poco
resentido
se ciega y esa vida
se le va en un descuido
Me pregunta, uno de los colegas en la oficina, mi impresión acerca del comportamiento humano ante el desastre: ¿somos una sociedad solidaria en esta inundación? ¿O somos más bien apáticos? Y no sé qué responder. Veo, sí, que gente va y viene y se preocupa y ayuda y todo. Pero los demás, ¿qué hacemos? Poco o nada. Lo penoso es que esos que ayudan lo hacen llevados por la tragedia. ¿O me van a venir a decir que nuestra sociedad es solidaria porque sí? No, no lo es. Una cubeta llena de cangrejos, eso sí que somos. Insisto: la culpa de la inundación, la culpa de nuestro atraso cada vez más evidente, la culpa de nuestra ignorancia es de nosotros mismos. Achacar al gobierno, o a la malhadada ubicación geográfica (que nos hace banqueta de tormentas), o al complot de los ricos, o al complot de los pobres, o a Europa, o a Estados Unidos, o a quien sea, es una necedad y una irresponsabilidad: los culpables somos nosotros. ¿Cómo es posible, coño, que nos sorprendan los gobiernos corruptos e ineficientes cuando todos los días practicamos esa bajísima forma del descaro que ofende a la mínima civilidad? Porque tiramos basura a la calle, porque conectamos nuestros desagües al río, porque nos estacionamos en doble fila (y creemos aún que es nuestro derecho), porque pedimos y damos mordidas, porque nos esforzamos en que las cosas nomás no funcionen, porque manejamos como si nos hubiesen extirpado el cerebro, porque no sabemos ni tirar penales ni pegar jonrones, porque no sabemos ni leer ni escribir, porque golpeamos a nuestras mujeres e hijos, porque no denunciamos a quienes nos golpean, porque utilizamos una calculadora para sumar 60 más 40, porque el agandalle no es sino un modus operandi, porque TODO se nos olvida en meses, porque votamos sin saber ni a quién, porque exigimos sin saber ni qué, porque hacemos caso a “líderes” que avergonzarían a las izquierdas africanas, porque vivimos mal informados y lo aceptamos, porque somos unos agachones, porque no tenemos la menor idea del uso de las luces direccionales (que nuestros semejantes desarrollen la telepatía, mejor), porque antes que trabajar mejor pedimos, porque es mejor ver televisión que ayudarnos, porque no leemos ni medio libro al año (y eso, los universitarios, que no saben ni gramática ni matemáticas básicas), porque creemos que la cocacola sirve para cocinar y para detener la diarrea, porque no nos importa el resultado sino el espectáculo, porque nos quejamos pero no hacemos nada, porque mejor la piratería que la calidad, porque mucho de lo que admiramos es apología del narco y de la corrupción, porque etc. Me queda clarísimo que tenemos el gobierno, la sociedad y la vida que nos merecemos. Me extraña que nos vaya bien, a pesar de nosotros mismos...
La conjunción de la zozobra inminente y el disfrute egoísta de dos físicos demasiado estereotipados (guiño a The Big Bang Theory) me deja con ganas de reírme un rato. Y así, de repente, entre las risas, el recuerdo: Alcántara, compañero mío de la carrera de Ingeniero Físico Industrial en el Tec, era un divertido –a su manera, claro: era un acechador implacable y testarudo de singularidades. Una singularidad, explicado como lo entiendo, no es sino ese punto exacto que hace que una función matemática se indetermine, deje de tener significado (p. ej., dividir por cero). Encontrarle sabor a buscarle y rebuscarle a las funciones que veíamos en clase –y fuera de ella– su singularidad puede parecernos fútil y hasta fastidioso, pero ¡ah, cómo se divertía Alcántara!, la clase entera mirando atento el pizarrón para después de un rato, todo sonrisa, levantar la mano y preguntar: “Profesor, ¿qué pasa si sustituyo x^2 en el denominador por (c – y)^3?” – “La función se indetermina”. Pregunta retórica la de Alcántara y ya la envidiable satisfacción de quien dio en el blanco. Y nada, que me acordé de eso y de otras cosas. Coño, hasta los físicos podemos ser divertidos...