Sí, de la razón, pero ¿cuál? El letrero mueve a risa a los menos sensatos, claro. En Francia, la cosa es razonada, quizás en demasía... Si en México las cosas no funcionan porque sí, en Francia no funcionan por exceso de eficacia (Guillermo Sheridan dixit). De lado las comparaciones absurdas, la estética inadvertida de los franceses y lo suyo es magnífica: lo mismo advertencias inusuales que disparos de imaginación anónimos (graffitis, desplantes en salas de cine, de oídas en el metro, apocalipsis de bisutería). Ya lo iré documentando.
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