lunes, 24 de diciembre de 2007

Festejando lo nacional, ¿dan ganas?



"¿Patria, hogar, país? Es posible que los seres humanos se den cuenta algún día de que todos estos valores son abstractos y que para vivir necesitamos, en realidad, un lugar habitable?"

- Imre Kertész

(Claro, habrían de verme en el Mundial de Béisbol o Fútbol, todo entusiasmo y todo fervor patriótico. ¿O es que no me visto de otra cosa que de patriotero, no de patriota? A final de cuentas, ¿qué es esto? No, nada de contradecir a Kertész, quien ya asestó argumento suficiente en Sin destino y otros libros igual de contundentes)

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Pues nada, que Camenchi y yo nos vamos pasado mañana a Mexicali, cosa de pasar Año Nuevo con la familia materna. Lástima: los Águilas de Mexicali no juegan esos días, pero habrá oportunidad, seguro, de hacerse de unos vinos bajacalifornianos sabrosos y disparadores de nostalgias.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Los mejores discos de 2007, sin lugar a dudas

2007 se acaba y con los pocos días que quedan, entre mudanza de casa -hoy, por cierto, dormiremos en ella por primera vez- y de oficina, a unos días de partir a Mexicali a pasar las fiestas de fin de año, se antoja ver qué me deja. Mucho, en música. Tanto, que dan ganas de compartirlo y ahí les va:

  • "Fas - Ite, maledicti, in ignem aeternum", Deathspell Omega: ¡ah, la recuperación de lo sombrío! Lo que el black metal necesita, justo ahora que el mercantilismo ha convertido a bandas, antes combativas y retadoras, en remedos de metal para televisión abierta. Nunca se ha visto con buenos ojos la incursión de la asepsia en el metal; menos, en el black metal. Y Deathspell Omega es una banda que retoma los elementos primarios del black metal para reinventarlo y darnos de nuevo ese ambiente oscuro, pesimista y pagano que tanto gusta. Claro, no son los únicos: otras bandas hacen lo suyo, de maneras diferentes pero igual de importantes y necesarias: Kult ov Azazel, 1349, Ondskapt, Sargeist, Akercocke, Anaal Nathrakh, Gorgoroth, Satanic Warmaster, Mayhem, Naglfar, Taake,...
  • "Ordo ad chao", Mayhem: el regreso de Attila Csihar en las voces, luego de una temporada en el psiquiátrico, no podía ser más glorioso: el último disco de Mayhem, el grupo más controversial del black metal, es, quizás, el mejor. Pura rabia, sí, rabia contenida que suena como el mismísimo himno que antecede a cualquier batalla entre bien y mal -donde ambos, bien y mal, son uno y lo mismo-. Hellhammer en la batería ya solo recrudece la furia. Y sí, mucho grito y mucho blast-beat rapidísimo y violento, como era de esperarse; pero, eso sí, con mucha técnica y una entrega brutal. Se deja sentir lo mejor -o lo peor, como lo vea y sienta quien los escuche- de la voz de Csihar.
  • "Prominence and demise", Winds: el virtuosismo es generalemente aplicable a músicos clásicos; nos reservamos el derecho de adjetivar así a los músicos que medran en el rock y en el pop. Pero un grupo como Winds no se toma a la ligera y ahí sí que se puede hablar de virtud, talento y pericia al tocar un instrumento. Músicos blackmetaleros que tocan algo que no, no es black metal, sino un metal sutil, perfectamente pensado y mejor interpretado.
  • "Antichrist", Akercocke: ya dije algo acerca de este álbum en un post anterior; agrego, tan solo, que Akercocke, devotos a su manera, logran lo que nadie: conjuntar los elementos mejores del death- y el black-metal, como los growls, la velocidad, la destreza, los temas oscuros, la violencia imbuída en una atmósfera sagrada. Uno de los mejores discos de metal en muchos años.
  • "Mothership", Led Zeppelin: sí, Led Zeppelin ha sacado ya varios recopilatorios de sus éxitos. ¿Qué los hace diferente a éste? Casi nada: acompañar al primer concierto de Led Zeppelin en décadas y la inminencia de una gira mundial. Los foros, las crónicas en los diarios, los blogs: todos coinciden que, ya con 60 años a cuestas, se puede rockear aún. Y, luego, las canciones, cuyos arreglos en vivo parecen ser magníficas. Esperemos que tanto rumor sea cierto y pronto anden por aquí. Además, claro, de que siempre viene bien escuchar "Gallows pole", ¿qué, no?
  • "h-moll Messe", de Johann Sebastian Bach, dirigida por Konrad Junghänel: una interpretación espléndida de otro de los monumentos corales del enormísimo Bach. Un tratamiento OVPP que hace relucir mucho, muchísimo, las diferentes voces, sobretodo en el Gloria, donde empatan perfecto solistas y coros.
  • "Stabat Mater", de Antonio Vivaldi, dirigido por Chiara Bianchini: e interpretado por Andreas Scholl. ¿Se necesita más? Encima, una cantata que reluce en voz de contratenor y que pasa de la tranquilidad a la explosión de manera maravillosa. Y el Stabat Mater llevado a un estado de contemplación y sacralidad puramente humanas, cercanas, riquísimo en sensaciones magníficamente sonoras.
  • "Matthäus-passion", de Johann Sebastian Bach, dirigida por Paul McCreesh: ya comenté algo sobre esta versión de la Pasión según San Mateo en el post anterior. Baste decir que no me esperaba una interpretación tan nueva y diferente, irreverente en algunas partes y francamente altaneras, bellísima en su resultado. (Ok, los discos de música clásica no salieron este año, pero apenas los descubrí y ya forman parte de lo que llevo y me llena)
Así el año y la música de lo que nos pasa. De todo, hubo. Pero salgo de él con lo mejor. Y la música, créanme, sonando y haciendo más disfrutable la vida, los días, mi tiempo. Espero, siempre lo espero, que el próximo año sea mejor.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

¿La mejor versión de la Pasión?








Comenzamos mal: intentar capturar, en una sola y única interpretación, la fuerza, la enormísima espiritualidad y la majestuosidad musical de esta obra es tarea imposible. Es tal su complejidad -aunque haya guiños de armoniosa sencillez-, que se antoja mejor camino una reconstrucción, una interpretación, que observe los innumerables detalles, sutilezas, agudezas y andamios de esta obra maravillosa. Pues, ¿cómo podría sospecharse de una interpretación total cuando hablamos de la mayor pieza musical jamás creada por el genio humano? No, no exagero: lo que Occidente es -y su influencia mayor en otras latitudes- está contenido, entero, en esta obra magnífica. Me deshago en adjetivos: redundo. Vuelvo, entonces, al punto inicial: ¿cuál es la mejor versión, i. e., interpretación, de la Pasión según San Mateo (obra catalogada con el código BWV 244; escrita c. 1727; de título original Matthäuspassion)? No existe tal cosa. Mejor: hacerse de las versiones faro, de las interpretaciones innovadoras, hechas con el corazón, la tecnología y el alcance lírico que este monumento se merece. Yo me quedo, por lo pronto, con cuatro versiones:
  • la dirigida por Philippe Herreweghe: si he de escoger una para la hipotética isla desierta, me quedo con ésta. Y es que hay tanto en ella: Andreas Scholl y un Erbarme dich que hace pensar en la divinidad; el expertise probadísimo de Herreweghe cuando se trata de la obra coral de Bach (sus versiones de las cantatas son insuperables); el tratamiento HIP (historically informed performance), que respeta instrumentos de época genialmente utilizados por su orquesta de cámara, los tiempos que crecen la expectación,...
  • la dirigida por Herbert von Karajan: esta, bueno, vale más por sus cantantes que por su director, a quien le iban mejor los románticos que los barrocos. Poco se metió con ellos, Karajan, así que se abusa de elementos modernos, sacrificando lo elemental de la obra: esa contemplación espiritual que sostiene un universo poderosísimamente hermoso. Pero, ¡ay!, que en esta obra están las voces de Gundula Janowitz y Dietrich Fischer-Diskau.
  • la dirigida por Leonard Bernstein: con instrumentos modernos y un texto traducido al inglés, ¿qué esperar? Menos de lo que entrega: los solistas son correctos (la elección de una alto en el Erbarme dich, que aquí se canta como Have pity, es buenísima), la cadencia muy actual sin llegar a ser irreverente y unos coros cargados de solemnidad a fuerza de voces, texturas robadas a la sinfonía moderna y tiempos quizás rápidos. Como Karajan, Bernstein se vale de lo moderno para hacer de ésta, su versión, un experimento auténtico, intelectualmente defendible y muy, muy apropiado para acercar al que prefiere la música instrumental a esta obra.
  • la dirigida por Paul McCreesh: una joya descubierta hace muy poco, esta versión de McCreesh utiliza el tratamiento OVPP (one-voice-per-part, donde las voces son interpretadas exclusivamente por solistas, no por coros, a menos que se indique lo contrario) con resultados solo vistos en la versión de Junghänel de la Misa en si menor: las arias, ahora interpretadas solísticamente, exponen a quien escucha a todas las sopresas que un coro mayor a veces esconde: la mezcla de voces se aprecia mucho mejor y las diferentes entonaciones crean un enramado diferente al logrado con voces corales. Bonus: Magdalena Kozena, sin ser la mejor, interpreta el Embarme dich con una voz y un acercamiento muy diferentes a los acostumbrados. Bellísima versión.
La cosa no termina aquí, claro. Faltan, al menos, las versiones de Harnoncourt, Richter, Koopman y una sonadísima -por controversial- interpretación de Spering. Y todo, para seguir levantando el camino hacia la obra perfecta. Ahí la llevo...

martes, 18 de diciembre de 2007

Monstruo sagrado

Pocas veces se tiene la oportunidad de acercarse -no de ver, a lo lejos, como si la vida también fuese una pantalla de cine- a personas como Alejandro Jodorowsky. Sí, de acercarse y cruzar dos o tres frases hechas que desembocan en las cosas más divertidas y alucinantes. Eso: alucinantes. Este tipo es un alucinado, un iluminado y un artista como pocos. Como ninguno, bah. Me lo dicen sus pelis más logradas, como El topo, Fando y Lis, La montaña sagrada, y todo muy a pesar de Tusk y otras farradas. Hay también libros, muchos libros, pero se le prefiere en el cine o hablando, hablando de todo y de lo que importa. Ahora le da mucho por la psicomagia y la búsqueda de sentido en el tarot. Me parece que, para los demás, eso ya no importa mucho -como no sea verlo dirigiendo una sesión de hipnosis, totalmente loco y latinoamericano-. ¿Totalmente loco, digo? Más cuerdo, mucho más, que cualquiera de nosotros...

Uno de William Carlos Williams


Complete destruction


It was an icy day.
We buried the cat,
the took her box
and set fire to it
in the backyard.
Those fleas that escaped
earth and fire
died by the cold.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Falta dar el punch definitivo

"Le passage de la nuit", de Haruki Murakami

(After dark, el título original; y sí: libro para leerse de noche, como si lo que deja se llevase mejor en sueños)

Es una lástima: pasa, sí, con los mejores: hay nombres, autores, que se antojan imbatibles, alejados de ánimos perfectibles. Y, sin embargo, caen. En silencio, a veces; o estrepitosamente -como el otrora infalible Carlos Fuentes-. En mi caso, Haruki Murakami es, hoy, uno de ellos. A Murakami lo descubrí como se descubren las maravillas: por casualidad, sin quererlo. Estaba yo indeciso en una librería cuando una portada me llamó la atención: fondo en azul eléctrico, con el dibujo absurdo y de trazo ingenuo de una oveja sobre una estrella roja, el título: "La course au mouton sauvage" ("The wild sheep chase", en inglés). Ello, mas el sonoro nombre del autor, me hizo tomarlo, comprarlo, leerlo y alucinar, sorprendido y feliz. Vinieron después otras novelas, algunos cuentos y hasta una crónica de afanes terroristas. Al día de hoy, casi juro que los mejores novelistas vivos son él y un italiano excéntrico llamado Alessandro Baricco, otro genio. Pero ayer, al cerrar la última novela del japonés, no pude evitar sentir desasosiego: acababa de ocurrir lo inimaginable: Haruki Murakami, autor de libros apreciadísimos y perteneciente a mi gusto más íntimo, me había entregado a lo peor que me puede suceder al leer un libro: esperar, esperar, esperar sin encontrar. Y es que a esta novela el faltó punch, le falto concreción. Las muchas tramas -iniciando por todas partes, como en sus libros más gustados- no llevan a ningún lado, se quedan como esperando algo, no sé, un hilo conductor que no termina por llegar. Hay que hacerle, sin embargo, justicia: existe una historia subyacente deliciosa, que narra el acto de dormir de una muchacha, simplemente cansada, y que ya dura dos meses. Pero hasta ahí. Sí, claro, los personajes -su construcción, desarrollo y andar- son humanos, increíblemente humanos. Creo que solo John Steinbeck logró tal portento. Me quedé con ganas de más: es una lástima.

¿Se puede levantar un autor caído en el gusto del lector? Claro; de hecho, es esa esperanza abiertamente naïve la que nos mantiene al día, creyendo en la existencia de sutilezas y bellezas en la trama diaria de nuestra vida.

(Hoy por la mañana hice recuento de lo que me aguarda: tengo por ahí, esperando su momento, una novela y un libro de cuentos de Murakami. Espero, claro, lo mejor)

Sobre la mudanza

"¿Qué significará una mudanza en la historia de una ciudad?
- Nada, ni siquiera un suspiro"

- Guillermo Fadanelli, "Plegarias de un inquilino"

viernes, 14 de diciembre de 2007

Luego de una semana de curro... dos reflexiones

Primero, una escena de una peli muy recomendable: Martín (hache), de Adolfo Aristarain, estrenada en 1997 y que ya muchos vieron. Estoy seguro de tener un ejemplar del DVD, pero desconozco en manos de quién está...


Segundo, lo de siempre. Me acordé con esto de un escritor-intelectual de Monterrey del que no recuerdo el nombre pero sí el aspecto desaliñado, algo poser -intelectual, al fin- y francamente agresivo; decía el escritor que el trabajo era inmoral, ajeno al hombre, un mal de la ciudad. Esto, claro, mientras vivía de una herencia...
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La que sigue, semana de mudanza por partida doble: el lunes cambio de oficina (mismo piso, mismos compañeros, vista diferente); el jueves o viernes -y si el carptintero, plomero, electricista y albañil así lo permiten- nos cambiamos a nuestra casa, Camenchi y yo. Sí, luego de nueve o diez meses de espera, finalmente perdí pretexto para seguir robando espacio, servicios de agua y luz y alimentos de casa de los suegros. Nos hicimos de casa y, al mismo tiempo, de una deuda con el banco que me llevará una friolera de años pagar. Pero, ¿quién nos quita la emoción de lo propio, lo robable, lo defendible?

jueves, 13 de diciembre de 2007

Uno de Jaime Sabines

Los días inútiles

Los días inútiles son como una costra
de mugre sobre el alma.
Hay una asfixia lenta que sonríe,
que olvida, que se calla.
¿Quién me pone estos sapos en el pecho
cuando no digo nada?
Hay un idiota como yo andando,
platicando con gentes y fantasmas,
echándose en el lodo y escarbando
la mierda de la fama.
Puerco de hocico que recita versos
en fiestas familiares, donde mujeres sabias
hablan de amor, de guerra,
resuelven la esperanza.
Puerco del mundo fácil
en que el engaño quiere hacer que engaña
mientras ácidos lentos
llevan el asco a la garganta.
Hay un hombre que cae días y días
de pie, desde su cara,
y siente que en su pecho van creciendo
muertes y almas.
Un hombre como yo que se avergüenza,
que se cansa,
que no pregunta porque no pregunta
ni quiere nada.
¿Qué viene a hacer aquí tanta ternura fracasada?
¡Díganle que se vaya!

miércoles, 12 de diciembre de 2007

La hibridez como respuesta

El nortec, así, ya como palabra nueva, género que lleva de todos y que suena como ninguno (si me perdonan el malísimo cliché). La definición básica, que aventuro, dice: que nació en Tijuana, casi con denominación de origen; que la hacen DJs con marcadísima influencia grupera; que se aprecia más, muchísimo más, en Estados Unidos y Europa que aquí. Lo que sea. Mejor ver este video y juzgar y disfrutar cada quien. A mí, el nortec me divierte y me gusta. Mucho. Y ya está.


Ya saben: Tijuana es hibridez en el estado más puro y bello -si el nortec es muestra-. Otras manifestaciones, claro que las hay, como la literatura en spanglish, que no termino de entender (aunque hay un libro de Luis Humberto Crosthwaite que no está tan mal). O aún el extremismo kitsch derivado de un choque cultural que no ha sido, ni remotamente, definido: hay tienen que en la frontera, donde carros y gente van y vienen en un comercio febril de prostitución, medicamentos, sueños americanos, fayuca y alcohol, en esa frontera (parafraseo a Villoro) venden BartSimpsons de yeso del tamaño de un frigobar. Y la gente, claro, los compra.

Insinuaciones de la democracia - ¿La razón de las masas?

La clara patología criminal que se observa en la conducta de Adolf Hitler, evidente en sus actos y discursos anteriores a la publicación de las Leyes de Nuremberg y al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, ha llevado a pensar a muchos estudiosos del carácter e historiadores militares que mucha de la devoción que el pueblo alemán sentía por él no era sino una fascinación mórbida provocada por las palabras incendiarias y recurrentes de Hitler. No se puede negar, obviamente, que su ascensión al gobierno estuvo plagada de violencia racista e intolerancia política. Pero reducir su éxito como líder a una mera suma de lugares comunes referidos a la seducción por la violencia nos separa de los elementos que verdaderamente definieron ese éxito. Hitler fue un auténtico líder político. En efecto, Hitler no solo razonaba cada uno de sus actos (incluso los más violentos y disparatados), sino que los sopesaba en función de su alcance y su peso político. Era, además, un excelente orador: tenía esa capacidad excepcional de combinar palabras incendiarias y contundentes con un tono que no decrecía en fuerza. Los documentos visuales de la época, sobretodo el filme “Triumph des Willens” (“El triunfo de la voluntad”, documental magnífico de Leni Riefenstahl), muestran a un público visiblemente enajenado y entregado a su Führer. Compendiando, Hitler reunía muchas de las características que definen a un líder nato: astucia e inteligencia sin igual, habilidad oratoria y capacidad para actuar de manera rápida y enérgica. Los desatinos en que incurrió durante la guerra, su falta de visión como estratega militar (como ejemplo, baste recordar la desastrosa campaña en Rusia) y su avidez criminal por exterminar al pueblo judío no disminuyen ni su importancia ni su valía como hombre político y líder.

(La foto, tomada en Nuremberg, justo ahí donde se citaban el Partido Nazi alemán y su Congreso -el de 1934 sirvió de guión y pretexto para el filme citado arriba-, un día de escapada de un simposio aburridón al que había asistido en Munich. Me acompañaban Thomas y Kathrin, mis fantásticos y cerveceros anfitriones. El sitio de la foto se utiliza hoy como venue de conciertos y festivales de rock, donde lo mismo se presenta Metallica que Robbie Williams)

martes, 11 de diciembre de 2007

¡Todo se ha consumado!



Muchos consideran que, al lado de la Pasión según San Mateo, la Pasión según San Juan es obra menor. Acepto que no, no posee esa espiritualidad y magnificencia contemplativa de la primera, pero tiene en su descargo más energía y coros, más emoción escénica -si tal cosa es válida en J. S. Bach-, más caña. La obra tiene dos partes para alto, que, en este caso, interpreta un contratenor. El aria en cuestión se llama Es ist vollbracht! que por ahí alguien traduce como ¡Todo se ha consumado!. La parte inicial, contemplativa y lenta, es maravillosa; en el minuto 4:00, se abandona el lamento en favor del canto victorioso. Una gozada, ya lo verán. No conseguí un video con Andreas Scholl, pero este igual deja el alma y la vida repletos de música. Canta el contratenor Robin Blaze y dirige Masaaki Suzuki (un gran director de obra de Bach, por cierto).

El guión dice como sigue:
Es ist vollbracht!
O Trost vor die gekränkten Seelen!
Die Trauernacht
Läßt nun die letzte Stunde zählen.
Der Held aus Juda siegt mit Macht
und schließt den Kampf.
Es ist vollbracht!

Que se traduce así:
¡Todo se ha consumado!
¡Oh consuelo para el alma que sufre!
La noche del dolor
me deja contar las últimas horas.
El héroe de Judá
finalizó la batalla
y consiguió gran victoria.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Pearl Harbor, hace 4 meses y hace 66 años

Nada: poniendo a prueba esta curiosidad de bloggear desde mi correo electrónico. Y la prueba no es sino una foto tomada de lo que resta y sobresale del agua del USS Arizona, destructor americano que las bombas japonesas se llevaron al fondo -unos cuantos metros, no más- de la bahía, con todo y cañones, fierros, ropa sucia y más de mil soldados. Para la trivia: Pearl Harbor recibe más turistas al año que todas las demás atracciones hawaiianas juntas, e.g, las playas de Maui, los volcanes de Hawai'i, los paisajes de Kaua'i,... ¿morbo vacacional, quizás? Nosotros, claro, caímos en el jueguito y nos pasamos un día lleno de falsas esperanzas y metales fríos. Casi comimos hot-dog.

Uno de Juan Gustavo Cobo Borda

Fiebre

Tengo la cabeza llena de mujeres.
Todas locas.
Todas desesperadas por envolverse en la música
y bailar hasta el alba.

Por fuera la discreción de la forma.
Por dentro, las más inconcebibles villanías
con tal de hamacarse en la dicha.

Me estallan las venas
al pensar en cuánto sugieren
como riendo,
como jugando con fuego,
y siempre una puerta abierta
para revolcarse felices en el lodo
y salir por otra, la cabeza en alto,
indemnes y puras como una magnolia.

Brujas, todas ellas,
dichosas rumbo al aquelarre.

El epitafio mejor

No se pensó mejor Tristan Tzara que en esta posteridad. Se merecía muchas palabras: le dejaron todas, se llevó todas, se valía de todas. ¿La foto? Tomada en el cementerio de Montparnasse, en París, un día típicamente nublado, ansioso, gris: París y su belleza, ya ven. Sería 2003 o así. La vi y nomás leer el epitafio recordé -eufemismo por resonó en mi cabeza algo parecido a...- los versos siguientes:

et tiens entre ses mains comme pour jeter une boule
chiffre lumineux ta tête pleine de poésie

del poema L'homme approximatif. Que algún francófono aventure traducción. Vuelvo al día aquel: ...entonces todo se encendió y lo gris de la ciudad y el mundo fueron, esos cinco segundos de euforia, una aproximación, sí, a la incomprensión bellísima de un auténtico raro, Tzara.

(Otros epitafios que se graban: el de André Breton, Je cherche l'or du temps, que traduzco como Busco el oro del tiempo; el de José Alfredo Jiménez, toda una declaración de principios, La vida no vale nada).

viernes, 7 de diciembre de 2007

La nueva escritura automática, según dos mexicanos

Guillermo Sheridan, en su blog en la página de Letras Libres, ha puesto en evidencia no uno, sino dos casos de plagio que, si viviéramos en sociedad menos inquieta y sí más cercana a la lectura, habrían provocado caza de brujas, lo menos. Pero no, todos tan plagiadores y todos tan campantes -casi Sheridan dixit. El primer descubierto -porque, claro, no hubo acto de contrición- fue el inefable José María Pérez Gay, escritor del ala Nexos con simpatías francas en La Jornada, ese libelo que se dice de izquierda (como si tal cosa existiese en este país). La segunda, nuestra "intelectual" de la masa buengusto y socialité, Guadalupe Loaeza, hace lo propio y hasta se da el lujo de cometer plagio una semana después de criticar semejante práctica. Claro, no solo los mexicanos: mi admiradísimo Alfredo Bryce Echenique, sin el menor empacho, acusó a su secretaria de haber enviado un artículo a un periódico español lleno de frases ajenas, robadas, ya publicadas. De los dos primeros, me lo creo -no les da para más, ya se sabe- pero, ¿Bryce Echenique, el de "La vida exagerada de Martín Romaña"?

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Cosas tan disímiles

Apenas ayer me hice del nuevo álbum de Akercocke, "Antichrist", grupo inglés cuyo género navega entre el death y el black metal. Y es que sus elementos descriptores hacen, primero, pensar en otras bandas, como Nile y Origin, que se valen del growl y el bajo como azotador de blast-beats. Pero también está ese ambiente oscuro, decidida y abiertamente satánico, que coloca al grupo entre los que predican la validez del black metal. Poco importa: todos estos elementos, combinados con cierta furia y una honestidad a prueba de balas, hacen de éste, su álbum más logrado, una obra de arte del metal. No, no es mi grupo favorito ni nada de eso, pero su autenticidad y caña me hacen irremediablemente pensar en lo que viene. Y es que 2008 será, estoy seguro, un gran año para el metal: saldrán los nuevos discos de Metallica, Morbid Angel, Immortal, Carcass, quizás Emperor y Arcturus. Ya viene siendo hora de pegarles de bofetadas al nu-, power- y melodic-metal.


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"El libro de las palabrotas", de Colección Algarabía

(de plano, ¿no sospeché nada, con título tan pueril?)

Yo, en serio, es que no entiendo: ya probada la cortedad de los libros editados por Colección Algarabía, voy y me arranco con otro. Lo hice, claro, ya sin el menor interés literario, ni siquiera con respeto: no alcanzó la honra de posarse en mi buró de noche, ahí donde lámpara y libro hacen las veces de conjuro. Total, que se mereció el libro una (h)ojeada que me llevó, ahora sí, a soltarme a mi mismo un ¡Nunca más un libro de Algarabía! que espero cumplir. Ya me sé la fórmula: temas livianos, poca profundidad y una escritura de bostezo. Aplica, lo mismo que para el otro, la ignominia y el desprecio. Mejor continuar sumergido en la última novela de Murakami: uno como pocos.

Cincuenta años de "Piedra de sol"

Poema total de Octavio Paz, nuestro primer moderno. Publicado en 1957. Este fragmento, un pretexto para que nos acerquemos a él y nos dejemos deslumbrar. Queda bien, además, al momento de hablar de amores, intentar encuentros voluptuosos y plagiar poemas -se han dado casos, claro-.
voy por tu cuerpo como por el mundo,
tu vientre es una plaza soleada,
tus pechos dos iglesias donde oficia
la sangre sus misterios paralelos,
mis miradas te cubren como yedra,
eres una ciudad que el mar asedia,
una muralla que la luz divide
en dos mitades de color durazno,
un paraje de sal, rocas y pájaros
bajo la ley del mediodía absorto,

vestida del color de mis deseos
como mi pensamiento vas desnuda,
voy por tus ojos como por el agua,
los tigres beben sueño de esos ojos,
el colibrí se quema en esas llamas,
voy por tu frente como por la luna,
como la nube por tu pensamiento,
voy por tu vientre como por tus sueños,

tu falda de maíz ondula y canta,
tu falda de cristal, tu falda de agua,
tus labios, tus cabellos, tus miradas,
toda la noche llueves, todo el día
abres mi pecho con tus dedos de agua,
cierras mis ojos con tu boca de agua,
sobre mis huesos llueves, en mi pecho
hunde raíces de agua un árbol líquido,

voy por tu talle como por un río,
voy por tu cuerpo como por un bosque,
como por un sendero en la montaña
que en un abismo brusco se termina
voy por tus pensamientos afilados
y a la salida de tu blanca frente
mi sombra despeñada se destroza,
recojo mis fragmentos uno a uno
y prosigo sin cuerpo, busco a tientas,

martes, 4 de diciembre de 2007

Mi sobrina


Mi sobrina, sí. Niña tan más bonita, ¿no creen? La mismísima cara de la familia Palavicini y una sangre liviana, liviana. Sin dejarse, claro, que no con cualquiera. Caras conocidas y punto. Niña tan más bonita, insisto.

¿De qué se trata?

Las noticias, de quien menos se espera: Adolfo va y me informa de la muerte violenta del vocalista de K-Paz de la Sierra, grupero. Lo irremediable es pensar en otros, como Valentín Elizalde, Selena, otra desconocida antier,... y preguntarse: ¿de qué se trata? Porque hace años, lo peligroso era ser rapero, digamos, del Este, y toparse con uno del Oeste y ya sabemos cómo se forman leyendas (en esa contracultura rapera que, francamente, no me interesa). Pero nos vamos hacia atrás y ahí tenemos que, a principios de los 90s, era la comunidad blackmetalera en Noruega la que se enfrentaba a puñaladas, torturas y traiciones. Claro, todo quedaba entre ellos. Ahora, me parece, nuestra opción primera es pensar en el narco, por supuesto, y en otras señales de nuestro tiempo. Somos tan cercanos a la noción del narco como lo somos de los celulares, las teorías del compló, el ya merito de la Selección y las iPods: víctimas de una generación. Y punto. Cualquier otra interpretación sonaría descabellada (aunque, probablemente, no lo sea).

lunes, 3 de diciembre de 2007

Faltan tres meses, solamente

Espero el nuevo disco de Metallica con anticipación y entusiasmo auténticos. Nunca un grupo ha influenciado tanto mi vida. Baste decir que a ellos les debo, entre otras muchas cosas, mi inmersión en el metal extremo -black, death,... you name it-. Muchas de sus canciones ("One", "Master of puppets", "Seek and destroy", "St. Anger", "Blackened", "So what" etc.) son ya soundtrack de mi vida, de lo que en mis días ha pasado y quedó por ahí, definiendo lo que soy o pretendo. Y "Orion", sobretodo "Orion": mi canción favorita, de Metallica y de quien sea. El noveno disco de Metallica en estudio está anunciado para Febrero de 2008. Los que crecimos y formamos nuestro gusto con ellos, con su música necesaria y vasta, esperamos, de veras, un tour de force que nos devuelva a ese despliegue de riffs, velocidad y genio que ya les conocemos.

El mejor duelo en la historia del western



¿Qué es del western sin los duelos? Ya se sabe: la esencia verdadera de este género -que se cuece, sobra decirlo, aparte- reside en ese momento climático en que bien y mal (con todas sus sutileces de guión incluidas) resuelven a balazos el fenómeno social más antiguo: la rivalidad. Duelos buenos, en el cine: muchísimos. Recuerdo los de "For a few dollars more" y, más reciente, "Open range". Pero este, el de "The good, the bad and the ugly", es simplemente perfecto: un trío dirime rencillas, válidas o no, mientras al fondo suena la música maravillosa de Ennio Morricone; las miradas cruzadas solo anticipan marrullerías y punterías únicas. Además, ¿qué duelo puede ser mejor que uno protagonizado por Clint Eastwood y Lee Van Cleef? Claro, John Wayne y otros, pero hoy no...