El nortec, así, ya como palabra nueva, género que lleva de todos y que suena como ninguno (si me perdonan el malísimo cliché). La definición básica, que aventuro, dice: que nació en Tijuana, casi con denominación de origen; que la hacen DJs con marcadísima influencia grupera; que se aprecia más, muchísimo más, en Estados Unidos y Europa que aquí. Lo que sea. Mejor ver este video y juzgar y disfrutar cada quien. A mí, el nortec me divierte y me gusta. Mucho. Y ya está.
Ya saben: Tijuana es hibridez en el estado más puro y bello -si el nortec es muestra-. Otras manifestaciones, claro que las hay, como la literatura en spanglish, que no termino de entender (aunque hay un libro de Luis Humberto Crosthwaite que no está tan mal). O aún el extremismo kitsch derivado de un choque cultural que no ha sido, ni remotamente, definido: hay tienen que en la frontera, donde carros y gente van y vienen en un comercio febril de prostitución, medicamentos, sueños americanos, fayuca y alcohol, en esa frontera (parafraseo a Villoro) venden BartSimpsons de yeso del tamaño de un frigobar. Y la gente, claro, los compra.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario