lunes, 10 de diciembre de 2007

Uno de Juan Gustavo Cobo Borda

Fiebre

Tengo la cabeza llena de mujeres.
Todas locas.
Todas desesperadas por envolverse en la música
y bailar hasta el alba.

Por fuera la discreción de la forma.
Por dentro, las más inconcebibles villanías
con tal de hamacarse en la dicha.

Me estallan las venas
al pensar en cuánto sugieren
como riendo,
como jugando con fuego,
y siempre una puerta abierta
para revolcarse felices en el lodo
y salir por otra, la cabeza en alto,
indemnes y puras como una magnolia.

Brujas, todas ellas,
dichosas rumbo al aquelarre.

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