Lo de siempre: ya salió a la luz lo pobre de nuestra izquierda, que ahora se entretiene con arengas en contra de la españolez del nuevo Secretario de Gobierno. ¿Qué, no se acuerdan de que su ilustrísimo mandamás, dictador de voluntades, tuvo un abuelo español? Claro, nunca es lo mismo... Y no, no se vaya a pensar que defiendo a uno o a otro: ya da lo mismo. Mas bien, no sé, como que me da por desear que las cosas públicas de este país fueran, a veces, coherentes. Es todo.
miércoles, 23 de enero de 2008
¡Ah, nuestra izquierda!
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